Rumbo a Valhalla Entierro en el Mar de las Sociedades Vikingas

Seriedad – amor – empatía

En buenas manos

Las sociedades vikingas escribieron su epopeya final a través de un rito funerario tan magnífico como temerario, el entierro en el mar. En sus barcos funerarios, los vikingos embarcaban a sus difuntos en un último viaje, marcando un legado único que evoca la bravura y la conexión profunda con las aguas que los rodean.

Para los vikingos, el mar no era solo un elemento natural; era un camino hacia la eternidad. El entierro en el mar simbolizaba la conexión con el océano, un medio que había sido su compañero de exploración y conquista. Colocar a los difuntos en barcos funerarios revelaba su creencia en un viaje después de la muerte guiado por las olas.

La preparación de un entierro vikingo en el mar era una tarea monumental. Los barcos funerarios, meticulosamente elaborados, a menudo llevaban decoraciones talladas y elementos simbólicos. Los cuerpos eran vestidos con atuendos ceremoniales y colocados junto con bienes personales y armas, preparándolos para la travesía a Valhalla, el salón de los caídos.

El día del entierro, la comunidad vikinga se reunía para rendir homenaje al difunto. El barco funerario era llevado a la orilla, donde se realizaban rituales, cánticos y discursos en honor al fallecido. Luego, el barco, con el difunto y sus pertenencias, era enviado a la deriva en las aguas abiertas, simbolizando el viaje al más allá.

En momentos tan delicados como estos, la presencia de servicios funerarios es fundamental para brindar apoyo y cuidado a las familias. En ciudades como Córdoba, la comunidad encuentra en las funerarias la atención necesaria para llevar a cabo estos ritos de despedida con respeto y dignidad.

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